martes, 20 de octubre de 2009

Resistencia Oasis


(11:22:33 p.m.) Entre el horizonte y mi respiración.


Siempre, la pregunta de leves fugas permanentes en la experiencia y el badajo oscilante del pertenecer que invade con sus ondas como piedra al cruzar el umbral del agua.

Las cosas que no puedo palpar, como un tambor que segunda una flauta lejana y segura, símil de un acompañamiento del pulso sanguíneo, las veo a veces como un horizonte curvo que intenta escapar a mis ojos y mis oídos e irremediablemente me hace sonreír, quisiera como aquel músico y sus preguntas para pájaros, renovar los sentidos que ya tengo y poder escuchar más allá del sotobosque y acompañarme en mi selva marina imaginaria.

Es difícil explicar como echar a andar la hamaca para situarse como las olas con algún tamiz que peine la arena para los pies, antes de dar el primer salto hacia las cuerdas en su urdimbre previa y calada de tantos crisoles como el polvo de las estrellas.

Estamos aquí y ahora, o sólo ahora aquí? Tal vez, solo aquí un poco… (otra vez)

Como pequeñas brisas en el amanecer y el ocaso, caen conquistas breves de tiempo que surcan el espacio con preguntas y uno que otro pez gordo que al pasar nos moja o nos lleva en un paseo marino.



Bebo un vaso de agua hasta ver el fondo como un espejo.

Sin embargo la sed se divide como el aire que entra en mi nariz, para unirse otra vez al centro de mi cabeza, atravesando la garganta para escindirse en los pulmones nuevamente y a mi corazón en un rizo nuevo para poder respirar otra vez.

Para dar una vuelta con el caracol o “cócoli” como decían los antiguos y regresar en el meridiano de la espiral y la pregunta que sigue, a veces como una cosquilla cariñosa, a veces como arrancando un pelo profundo, sin retorno al cuerpo que lo fundo, con el dolor de la ausencia presente en una leve fuga que nos permite ver la piel capilar… también a veces como quitándonos la cabeza.

De esas preguntas nos empapamos bajo las olas, con esa sal curaremos las heridas flotantes y con el sol la costra caerá para que la piel nade de nuevo, para regresar a la orilla del talud a pescar con los delfines, escapando de los desiertos y su calor que arrulla nuestras camas.

Cuanta claridad junta… concretando los vaivenes del agua y el viento a la penumbra  del sol, pero solo estamos aquí un poco para volver con el alma fresca y extraña pero profundamente nuestra, nuestra porque está irremediablemente compartida también, en corrientes distintas.

Mientras miramos el horizonte curvo, siguen despidiéndose las gotas de nuestro cuerpo, unas quedan adentro y las demás escapan con los cangrejos en la piedra molida por el mar y el ancestro que mueve a las aves, aunque ahora sepamos también que no todas las traducciones son literales.

Las lecturas en el mejor de los casos son como el cruce de la mirada con las aves de plumaje tornasolado, nos muestran varios colores al vuelo dejando pasar la luz en su camino de viento y vivir un momento aquí, estando y siendo…



ahora que me acuerdo un subtexto de “dasein” en alemán es parecido a “being” en inglés,
es como ser y estar... y estar siendo,
no crees?

La siguiente pregunta bajo el agua es saber si estamos bien, si estamos ahí, a veces en el amanecer y otras en el ocaso de las cosas, un ritmo interno que como las percusiones nos hace cruzar las horas.

Now here, no, here- no where… nowhere.

Puede ser como saltar las ramas del bambú, o como una bolsa de agua, grande, flexible y transparente, a veces solo no quisiera saber, por detener el agua con las manos.

Preferiré mientras, nadar ahí, aumentando el material y su contenedor.



¿Cómo saber cual es el momento adecuado? …Si el tren nunca partió

¿Cuántos momentos crípticos en el agua… hay más que tejer?


…pero el tiempo sabe acomodar las gotas
(12:21:42 a.m.)

y las manos y el corazón en la piel
(12:22:30 a.m.)

…algunas preguntas se saltaron algunas barreras inconscientes en ambos espacios
(12:23:46 a.m.)

No quiero invadir, creo más bien en la conquista de afinidades electivas
(12:24:05 a.m.)

pero no solo en el pensar y estar ahí, sino en la decisión de sentir, en su conquista del espacio y el momento propios
(12:24:39 a.m.)

el papel que cubre nuestro cuerpo siempre hará invitaciones francas y se correrá de tinta
(12:24:51 a.m.)

sólo creo que es como poder estar junto al mar
(12:25:13 a.m.)

para describirlo reencontrándonos por momentos eternos
(12:25:27 a.m.)


escuchando la respiración de la tierra
(12:25:43 a.m.)

con el antes del horizonte siempre presente
(12:25:56 a.m.)

como aquel espacio entre las manos antes de apretarlas…
(12:26:10 a.m.)

como el de los abrazos…
(12:26:21 a.m.)

comiéndose un aliento de ida y vuelta
(12:26:40 a.m.)

pero el compartir el momento y el contexto como una situación presente....
(12:27:04 a.m.)

...a veces cuesta compilar la arena en medio de las olas
(12:28:00 a.m.)

y el punto de quiebre de la ola y la resaca, pues nos mueve a veces como aquella peineta en la cabeza al voltear hacia otro lado, repentinamente...
(12:28:16 a.m.)

solo pensé, que como este subtexto ahora
(12:28:40 a.m.)

se podría acompañar una melodía independiente de otras
(12:28:55 a.m.)

pero acompasada y nutrida por una respiración común como en las horas y en la permanencia y la fugacidad de los incontables segundos.
(12:29:18 a.m.)

…(12:29:37 a.m.)
espero que luego pueda recuperar el texto.





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